Un paseo por la historia de Fuentesclaras. Pregón de Carlos Solano Oropesa.

Buenas noches Fuentes claras, autoridades, vecinos, amigos y gentes que hoy nos reunimos aquí, en esta noche mágica de san Juan, para celebrar al santo patrón que durante cientos de años ha guiado y protegido este lugar que ha sido y es, la tierra de vuestros antepasados que la cultivaron con el esfuerzo y el sudor de toda una vida.

Gracias especialmente a mi compañero de instituto y amigo Marcelino Palacios por invitarme a realizar este pregón que con mucho gusto he preparado para todos vosotros.

Como su nombre indica, Fuentesclaras, fue  la abundancia de agua potable  el origen y la causa del nacimiento de esta aldea que debió surgir por el asentamiento de los cristianos repobladores procedentes del Señorío Molina de Aragón que,  tras la reconquista de esa zona, atravesaron el Tajo y aprovechando la toma de Cuenca por Alfonso VIII en 1177, ocuparon estas tierras que anteriormente habían pertenecido a los musulmanes, para repoblarlas y cultivarlas.

Esto ocurrió en una gran parte de los pueblos de Cuenca que fueron repoblados por el Rey Alfonso VIII tras su reconquista, por colonos del sur de Francia y del norte de España. Aquí cerca tenéis un ejemplo con Bascuñana de san Pedro, ocupada por colonos vascos o Gascueña por gascones franceses, Naharros por colonos navarros, El Provencio por colonos de La Provenza francesa, Narboneta, la pequeña Narbona de Francia y otros muchos. Estos repobladores no sólo traían sus pertenencias y sus enseres cotidianos, también traían  sus costumbres, sus creencias, sus santos e incluso en muchas ocasiones, el nombre de sus pueblos que ponían a los nuevos lugares ocupados. Como ejemplo mi pueblo, que tiene como patrón a san Mamés, patrón de Bilbao. Lo trajeron los colonos en la repoblación.

Ahora Fuentesclaras y al igual que una gran cantidad de pueblos de Cuenca y de otras provincias,  forman ya parte de la conocida como España vaciada pero que si le damos un repaso a la historia, vemos que  Fuentesclaras con sus anejos Cañamarejos y Sacedoncillo, en 1547 cuenta con tres iglesias que han de dar servicio eclesiástico a 42 vecinos en total. En 1569, visita la población el visitador episcopal y dice en su informe para el obispado, que tiene una población de 49 vecinos y que siendo aldea de Cuenca pertenece a su majestad. De su iglesia dice que es de yeso y que se está haciendo un campanario de ventanas para las campanas. El retablo del altar mayor es de talla y pincel mediano, es decir, de bastante buena calidad. El templo es de la advocación de San Juan Bautista y que de objetos de culto que sean de plata hay medianamente, pero que ornamentos hay pocos y que es necesario un frontal de damasco, es decir, un  ornamento litúrgico con el que se cubría la parte delantera del altar. Normalmente eran de lino o cáñamo; a partir del siglo XX, la iglesia Católica  ordena que los ornamentos del altar, sólo puedan ser de estos materiales, aunque en la Edad Media, podían ser de seda, con borduras de oro o plata, dependiendo del poder económico de quienes los donaban o de la propia iglesia.

El 7 de noviembre de 1654 se dice que tiene 36 vecinos y que hay dos ermitas, una bajo la advocación de Nuestra Señora de los Mártires y otra a san Roque. San Roque es uno de los santos más venerados en España, sobre todo en el Norte, porque era el santo protector contra la peste y todo tipo de epidemias. Se celebra el 16 de agosto. Aquí debió de tener también gran importancia ya que como he dicho antes, tenía dedicada una de las ermitas.

Reescribir la historia de estos pequeños pueblos o aldeas es complicado porque apenas existen documentos que acrediten su historia y es, a veces, el entablamiento de pleitos contra vecinos, eclesiásticos y otras causas de justicia, las que nos dan información de muchos avatares de lo acontecido durante siglos a las personas que ocuparon el espacio de vuestro querido pueblo, gracias a los documentos de esos pleitos que se han conservado en los archivos, sobre todo en el Diocesano.

De 1674 hay un pleito que entablan el prior y religiosos del convento de Santo Domingo, situado a extramuros de Cuenca, contra el licenciado Esteban López de Alarcón, comisario del Santo Oficio (Inquisición), cura de Fuentesclaras, reclamándole que exhiba las tazmías, que eran las porciones de grano que se entregaban para los diezmos (parte del producto de las cosechas, generalmente la décima parte, de ahí su nombre, que los fieles entregaban a la iglesia) y el reparto de ellos entre sus beneficiarios, y les pague el rediezmo que les debe de los últimos 30 años, de las tierras que el convento posee por juro de heredad en Fuentesclaras, en virtud de una concordia del convento con el obispo, deán y cabildo de la catedral de Cuenca y el cura de Fuentesclaras.

Otro de los pleitos curiosos es el que emprende en 1676 Julián Ballesteros, mayordomo del pósito de Fuentesclaras, contra maría de Moya, vecina del pueblo, reclamándole el pago de cierta cantidad de trigo que el pósito le prestó a su marido, ausente de dicho lugar por las deudas…

En el Censo del Marqués de la Ensenada, en 1752, que Fuentesclaras realizó, afirma que el mayor hacendado del pueblo era Don Francisco del Castillo y Jaraba. En dicho Censo también dice que el pueblo cuenta con 68 vecinos de los cuales  28   eran nobles, 20 pecheros, una viuda noble, 3 pecheras; 2 menores bajo tutela que eran nobles y 12 que eran pecheros, además de 2 eclesiásticos.

Los pecheros  en la Castilla de la Edad Media, eran las personas que estaban obligadas a pagar impuestos al rey o a un  señor. También se les llamaba villanos o plebeyos y se oponían en materia fiscal a los ricoshombres, nobles y clérigos que estaban exentos de cargas y pagos. Es decir, que los pecheros  eran los que realmente mantenían a todos los demás.

El número de vecinos  va aumentando a lo largo de los años. Así, en 1874, pertenece al Arciprestazgo de Cuenca y cuenta con 174 feligreses. En el Censo de Floridablanca de 1877, se dice que tiene una población de 216 personas entre los que se encuentran un cura, 26 hidalgos, 20 labradores, un clérigo y 168 personas entre menores y mayores que no especifican su profesión. En 1885 se dice que tiene una escuela para niños de ambos sexos y  una población de 223 habitantes, de los cuales 23 han enfermado del Cólera morbo, habiendo fallecido 6 de ellos. Como podéis ver las epidemias han existido desde siempre y la del cólera era realmente muy peligrosa y mortal.

En 1893, es curioso lo que se pagaba en la población de Fuentesclaras de Contribución Industrial por las siguientes actividades: 1 herrero llamado Antonio Albendea Vega; 1 zapatero que es Fermín Cañamares de Julián; 1 carpintero llamado Francisco Vega Muelas; 2 panaderos, Dionisio Pozuelo de Julián y Remigio Utanda Utanda, y por último un horno de pan cocer que lo regenta Ramón López Igualada. Estos datos nos dan cumplida información de las actividades que tenía Fuentesclaras en esa época con servicios fundamentales para el desarrollo de la vida cotidiana. Herrero, carpintero, zapatero, panadero y por supuesto maestro y cura.

En 1895, se dice que según La Escritura llamada de Transición, aprobada por Real Cédula de 30 de diciembre de 1744, esta población formaba parte de la Mancomunidad de pastos y Leñas de la Tierra de Cuenca.

En 1936, la iglesia fue asaltada y destruidas sus imágenes, los altares y las ropas, derribando incluso la espadaña de la torre. Entre las imágenes quemadas, había una imagen sedente (sentada) de la Virgen María, de gran valor artístico y antigüedad. Afortunadamente no hubo ninguna víctima.

Pero el tiempo no perdona y poco a poco la población va disminuyendo por la marcha a diversas ciudades de España de vecinos que tratan de buscar algo mejor, sobre todo en la década de los 60 y 70 del siglo pasado que es cuando se produce la gran emigración en la mayor parte de los pueblos de Cuenca. Así, en 1960, Fuentesclaras contaba con una población de 174 habitantes, que en 1968 ya sólo quedan 124, con 49 explotaciones agrarias para cuyo cultivo, me dice el documento, que sólo contaban con una cosechadora y ningún tractor…Curioso.

La población va disminuyendo y se llega a la situación actual para formar parte de lo que ya he dicho antes, la  España Vaciada, cosa que por desgracia ocurre a gran cantidad de nuestros pueblos, siendo un problema de difícil solución, pero hoy es san Juan Bautista, coetáneo de Jesús de Nazaret, nacido a finales del siglo I a. de C. venerado por el cristianismo e incluso por el Islám. Juan usaba el Bautismo como sacramento central de su movimiento mesiánico. Fue el  que anunció la venida de Jesús y quien lo bautizó en el río Jordán. Murió decapitado por petición de Salomé, hija de Herodías la esposa de Herodes Antipas a quien le pidió la cabeza del Bautista, que fue servida en una bandeja de plata. Pero todo esto ya lo habéis oído y leído en multitud de ocasiones y lo conocéis perfectamente.

La noche de san Juan es la noche más mágica del año. Es la noche más corta  y el día más largo. Una fiesta que tuvo origen pagano, muy anterior a la religión cristiana. Los pueblos de la antigüedad veneraban a la Naturaleza y sus elementos: las estrellas, las cosechas, el cambio de las estaciones etc. Sus rituales honraban a los espíritus para conseguir su favor. Se celebra el 23 de junio por la noche y mucha gente cree que a través de unos rituales específicos atraen a la buena suerte. Es la noche de las hogueras, del amor, de lo mágico, de lo profano…estos son algunos de los rituales:

Quemar objetos, pedir deseos, atraer el dinero, bañarse en el mar, saltar sobre las llamas, lavarse la cara, enterrar una vela, dormir con tres patatas, saltar las olas, pedir deseos a las estrellas…En fin, todo lo que podáis imaginar. Nosotros vamos a pedir salud para todos, que es lo más importante porque con salud se puede lograr cualquier cosa y vamos a celebrarlo a lo grande, en la medida que nos lo permita el colesterol, la diabetes, el reuma y todos los achaques que nos dan la lata a diario. Olvidémoslos por unas horas, por esta noche, ellos van a volver sin avisarnos y demos rienda suelta a nuestros deseos. La vida se vive sólo una vez y hoy es el día de san Juan….Vamos a darnos el gustazo de disfrutarlo.

No dejéis nunca que estos pueblos se mueran; que vivan cada año, aunque sólo sea por unos días, la magia y  el  recuerdo de todos aquellos que os precedieron y que dejaron aquí su sudor, su sangre y su esfuerzo. Ese es el mayor tributo que podéis hacerles.

Muchas gracias a todos por estar aquí y por escuchar mis palabras. Buenas noches amigos y Viva san Juan!!!

Carlos Solano Oropesa

Carlos Solano Oropesa nació en Huerta de la Obispalía (Cuenca). Es el tercero de cuatro hermanos y estudió Magisterio en Cuenca por las especialidades de Filología Inglesa y Lengua Castellana y Literatura. Autor de los libros “ las cenizas del tiempo”, “Piedras en el Camino” (poesía),“Cuenca y los Dioses del Mar” (Cuentos y poemas). Alarcón, 1994. Estación de Invierno (cuentos y narraciones). Cuenca, 2010 y, en colaboración con Juan Carlos Solano Herranz, “Huerta, Cabeza de la Obispalía” (Historia). Cuenca 2002, “Juan Bautista Martínez del Mazo, Pintor de Cámara de Felipe IV, Yerno de Velázquez y Conquense” (Nº 7 de la colección Atalaya). Cuenca, 2005. “Beteta, Alma de la Sierra. 2000 años de Historia”. Cuenca, 2009. “María de Albornoz y Enrique de Villena, su relación con Cuenca”, Nº 34 de la Colección Atalaya. Cuenca, 2014.
Ha colaborado con sus poemas en los libros colectivos El Sueño del Hidalgo Manchego. Entre Molinos y Hoces. Cuenca, 2005 y Los Rostros de la Pasión. Cuenca, 2008.
Hasta su jubilación, ha ejercido de profesor de Inglés en el Instituto de Enseñanza Secundaria “Pedro Mercedes” de Cuenca.